sábado, 5 de enero de 2008

Príamo suplica a Aquiles: -Acúerdate de tu padre, ¡oh, Aquiles igual a los dioses! De mi edad es él, quizá desdichado por tu ausencia; pero al menos sabe que estás vivo. Pero yo, ¡desdichado de mí!, qu en la gran Troya engendré hijos irreprochables, aún no sé si me queda alguno. Cincuenta tenía cuando llegaron los acayos. Del mismo seno salieron diecinueve y a los otros los parieron diversas mujeres. Pero sólo uno defendía a mi ciudad y a mis pueblos, Héctor a quién acabas de matar cuando combatía por su patria. Y por él vengo a las naves de los aqueos; y para rescatarle te traigo presentes infinitos. Respeta a los dioses, Aquiles, y acordándote de tu padre, ten piedad de mí, que soy más desdichado que él, pues me he visto obligado a hacer lo que no hizo en la tierra ningún hombre, a acercar mi boca a las manos del que mató a mis hijos. Fragmento de la Ilíada de HOMERO fue el poeta más antiguo del que tenemos referencia, -siglo VIII a.C. en una isla del mar Egeo- y aunque no se sabe casi nada de él, me gusta creer que escribió la Ilíada y la Odisea, que la recitaba, la cantaba o lo que estuviera de moda en aquellos remotos tiempos y ha sido una valiosa influencia en la mejor literatura, aún no superada a pesar de los siglos transcurridos.

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