miércoles, 1 de abril de 2020

Clausura

En ese sentido antiguo de las monjas o frailes.
 Del latín, claudo clausi clausum: cerrar.
21días sin pisar la calle llevo. Encierro voluntario y forzoso. Las autoridades
 que gobiernan, consideran,  que si salimos de nuestras casas nos podemos contagiar del dichoso coronavirus, así que se recrudece la situación y no está permitido dejar nuestro confinamiento si no es por un motivo muy justificado. Comprar víveres o medicamentos, pasear al perro y poco más o nada más. Bajo multa de no sé qué cientos euros.
Tenemos información, sobreinformación y fakes news. Nos comunicamos por videollamada, por whasap o por teléfono, con nuestros amigos de Argentina o de cualquier lugar del mundo, así que la experiencia como monja de clausura, tampoco es tan dura. El silencio y la meditación ahora es más importante que nunca. Ruido y más ruido nos acechaba por todos lados, movimiento sin parar, coches, máquinas, nosotros mismos en continuo ir y volver.Y de repente... podemos disfrutar de la quietud, de la mente en calma y de la meditación
Meditar para encontrar lo bueno de parar y reflexionar por donde continuar, ya que los caminos que nos llevaban a prados floridos y bosques encantados, que queríamos recorrer de niños, ya no tienen aquellas miguitas de pan, pues se las comieron los pajarillos y las piedrecitas que fuimos dejando, han sido aplastadas por máquinas excavadoras y ya no somos capaces de volver a aquella Naturaleza  que nos gustaba sin saberlo y que ahora quisiéramos sentir alrededor, flores de bellos colores, hojas, árboles y arbustos y ¿cómo no? Animales en libertad

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio