domingo, 3 de mayo de 2020

Celebrando

Día de la madre. Atípico. Solo se puede salir de casa a las horas indicadas. Hasta las 10 de la mañana paseo con conviviente y sin niños. De 20 a 23 también. Algo es algo. Para quienes tenían tantas ganas de pisar las calles. De verlas casi desiertas. Para quienes nos da igual...pues nada.
Bonito día. Dedicado a ver las rosas, a recibir el abrazo de las hijas, en directo o por videollamada. Las reuniones siguen prohibidas. A tomar el Sol con seres queridos, incluidos gatos. A leer. A terminar la tragedia cortita de Eurípides: RESO. Adecuada para hoy.
Reso es el rey de Tracia, hijo del río Estrimon y de la musa Calíope. Hermoso, fuerte y valiente, que acude en ayuda de Héctor, principe de Troya y es asesinado mientras dormía por Diomedes, compañero de Ulises. Me quedé con la frase que le dedica Diomedes :
-Cada uno tiene que encargarse de aquello en lo que puede resultar de mayor utilidad. 
Así, él mismo, comete el homicidio mientras indica a Odiseo, que robe las hermosas yeguas de Reso. Los tracios, consideran culpables a sus aliados troyanos por la rapidez y extrañeza del crimen. Entonces llega la musa madre de Reso para recoger lo que queda de su hijo y aclarar quienes son los responsables de su dolor:
-Lloro por ti, hijo mío y pido a Deméter  que deje libre tu alma .Para mí sera, de ahora en adelante, como si ya no volviese a contemplar la luz del Sol.
Triste, es una tragedia griega. Y un bonito final para el día de las madres, que trataré de endulzar a base de bombones y pensamientos positivos acerca de la grandeza de las obras escritas hace más de 2500 años. Ufff, mucho tiempo, pero no veo que nadie haya superado su lírica y su belleza.






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