martes, 28 de abril de 2015

Resiliencia

Viene del latín resilio: saltar hacía atrás, volver algo a su estado natural después de un trauma, etc.
Dicen que en Japón, reparar un jarrón u otra pieza cerámica puede ser todo un arte, si se ha roto o ha sufrido algún daño, con una adecuada reparación puede volverse más hermoso. Para ello se pega con un adhesivo fuerte y después se rellenan las grietas creadas con polvo de oro, se llama kintsugi y consiste básicamente en dejarlo tan bonito como era antes, empleando creatividad y darle más valor con oro u otro valioso material. Lo que en un momento se destruyó, adquiere una nueva vida, que no esconde sus imperfecciones, sino que le añaden un nuevo valor, por el hecho de volver a ser lo que fue después de su desgracia.
Me parece un modo de ver las cosas, precioso. Que aplica fielmente esa palabra nuestra: Resiliencia, que teníamos desde hace tanto tiempo y que es tan desconocida porque lo que nos enseñaron fue: Cuando un jarrón valioso se rompe, aunque lo reconstruyas, no vuelve a ser igual.
Claro que no, puede ser mejor. Más valioso. Más bello. Son las cicatrices de que algo sucedió y se superó. 
Cada vez que tienes una dificultad en tu vida, ser resiliente te hace superar la adversidad y salir reforzado, como si añadieses oro, plata, experiencia y sabiduría.

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