sábado, 27 de agosto de 2016

Saber encontrar el mejor camino

¡Oh, profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios
¡Cuán incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos!
                                                                 Romanos 11,32
Hace tiempo que no me refería a la Biblia, que como todos los clásicos siempre merece una reflexión y una atención sea uno judío, cristiano, agnóstico, escéptico  o cualquier otra cosa. También recuerdo haber mencionado esta última frase en otra entrada, aludiendo a cosas inesperadas que nunca pensamos que pudiesen suceder... pero ocurren.
Mi pensamiento de hoy, sin embargo, es más como la tragedia de Sófocles: Edipo, Rey o como la historia de Rea Silvia y los fundadores de Roma: Rómulo y Remo. Con sus oráculos adivinando el aciago porvenir, los seres humanos intentando evitar los acontecimientos indeseables por tortuosos caminos -pues no encuentran nada mejor- y finalmente... las predicciones se cumplen y Edipo derrota a su padre y le da muerte, sin saberlo, eso sí, y Rea Silvia dejó de ser una virgen vestal y sus gemelos cumplieron con creces su leyenda.
Al final voy a pensar que somos tan insignificantes en el Universo, que poco podemos hacer para cambiar el Destino. Quizá sólo aprender a buscar caminos menos intrincados, esperando siempre que la solución al problema vendrá a tiempo y será buena.
Eso decíamos en clase de yoga : Nunca te conceden un deseo, sin darte la facultad de convertirlo en realidad, que no es lo mismo, pero casi.
Lo difícil es,  adivinar cual será  el mejor camino.

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