jueves, 21 de mayo de 2020

Desescalada

Parece que la palabrita no existía, que la Real Academia de la Lengua en un primer momento no quería admitir, que viene del inglés to escalate y que el castellano, tiene suficiente vocabulario y no es necesario importar. Ramón y Cajal, como otros eruditos españoles, odiaba que se usaran anglicismos sin necesidad, pero ... es inevitable. Al final ha triunfado el invento y la palabra que el gobierno actual decidió usar, la RAE tiene que refrendarla sin remedio.

No es que sea importante, solo da una idea del poder. Del poder que adquieren algunas personas dedicándose a la política. Si en unos días se puede hacer popular una palabra inexistente, sin otra ayuda que el miedo. ¿Hay algo que se resista a una política de dominio? En una democracia, el mejor invento desde la Grecia clásica, ya sabía Sócrates y Platón claro, que detrás de la aparente inocencia y justicia, puede ocultarse la Dictadura de unos pocos. La tiranía.

Y es tan fácil como implantar en una sociedad de 47 millones una palabra: Desescalada. Se puede hacer que algunos disfruten de ella. Los madrileños no. No están en el redil, aún.



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