lunes, 25 de mayo de 2020

Nueva normalidad

Todos los días pidiendo pasar a la primera Fase y ya está. Con ansia de libertad en Madrid. Con ganas de poder salir, aunque eso no significase nada, pues no pensaba ir a ningún sitio. Quedarme en casa, sabiendo que podía ir a la calle, cuando quisiera. Libertad.
Y ahora... peor que antes... nido vacío, creo que lo llaman y eso debe ser.
No está trabajando en su tesis. No aparece con su café de descanso. No llama a los gatos con esos inventos suyos: Topo, Cebollo, Mollejas, Guidofredo. No nos da las clases magistrales de Neuroanatomía. No se oyen sus divertidos y caústicos comentarios, su risa, su sonrisa. No hay comidas veganas, ni intenso deporte, ni sol en la terraza. Nada. Bueno, el Sol de finales de Mayo sale.

Conclusión: El tiempo pasado en esta casa en confinamiento, ha sido de una calidad extraordinaria. Ha sido un tiempo feliz.


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