sábado, 13 de marzo de 2010

Música para mis oídos son los ronroneos de Brisi

No quieras saber, pues no está permitido, el fin que a mí y a ti, Leuconoe, nos tienen asignados los dioses. Mejor será aceptad lo que venga sean muchos o pocos los inviernos que Júpiter nos conceda… mientras hablamos, el tiempo huye, carpe diem.
Es una de las hermosas Odas de HORACIO. Año 65 antes de C. Uno de los mejores poetas latinos, de quién hemos conocido Sátiras, Epistolas, Odas, y otros escritos líricos,
realistas y de plena actualidad, como su Beatus Ille.
Carpe diem, goza de este día.
Es lo que leemos en aquel diccionario de Latín que compré de segunda mano y que luego utilizó Vitori y años después Farid. Parece que lo hemos amortizado bien, pues todavía cumple su función de consulta y como decía Petrarca es un buen amigo que siempre está a nuestra disposición y sólo pide un pequeño lugar en nuestra librería .