Un no cumpleaños
Ayer hubiese cumplido un año. No pudo ser. Unos y otros quisimos enseñar caminos artificiales a la Naturaleza. Con nuestra superioridad, nuestra conveniencia y nuestro dominio. La naturaleza funcionó y como tantas otras veces nos demostró que estábamos equivocados. Todos.
No fue por falta de amor. A veces el cariño no es suficiente. Y después del dolor, llega la paz. El recuerdo. El recuerdo de todos los momentos felices que la bella Pinnita nos proporcionó. Era revoltosa. Alegre. Jugaba con todo y con todos. Y el único disgusto que nos dio, fue hallarla sin vida.