miércoles, 25 de marzo de 2020

Cuarentena

Se usa habitualmente para designar 40 días diferentes, puede ser de aislamiento, para no mezclar personas o animales con quién pudiese contagiar algo. Ahora es así. Estamos confinados, cada familia o cada persona en su casa. Solo se puede salir por causa justificada, comprar víveres, medicinas, trabajar, quién tiene algún trabajo que ha de realizar fuera de casa. El teletrabajo ha llegado de forma masiva. El telecolegio, donde se puede, también. Creo que están abiertos los kioskos, que ya no son tan necesarios como en tiempos de Thoreau, para mí, que en el pasado sí fui consumidora de revistas especializadas, libros, colecciones, etc. Ahora me sobran.  No tendré suficiente tiempo para leer todos los libros electrónicos a mi alcance. Los estancos abiertos...¿para qué? Mejor no hablo de ello.
En la casa vivimos tres personas y tres gatas. El gato Güido es un invitado permanente, no tiene acceso a toda la casa, pero puede entrar a una zona del garage donde tiene comida y sitio para dormir caliente. Cada mañana nos saluda pidiendo el desayuno especial, que nadie toma hasta que él lo pide. Nera, Goni y Meli lo saludan contentas porque después de un año, han aprendido que no es el enemigo y que cuando da los buenos días, llega la comida rica. Home sweet home, sino fuese porque acecha ese enemigo pequeñito, en nanómetros parece que se mide, ese coronavirus que ha parado al mundo y que ha devuelto a los animales humanos la sensación de fragilidad ante depredadores que ya habíamos olvidado. Hoy cumplo 15 días de aislamiento, toda la familia está bien, todos los amigos y sus familias. Espero que sigamos así durante los próximos 25 días, así o mejor, que los contagiados sean menos, las muertes escasas y las curaciones muchas. Mientras tanto podemos seguir meditando sobre nuestro estilo de vida, sobre nuestra huella en la tierra, nuestro gasto innecesario, el miedo o como Jorge Manrique y Séneca, sobre la brevedad de la vida.

martes, 17 de marzo de 2020

Coronavirus

Hace unos meses no conocía esta palabra, dos nombres juntos para designar popularmente a Covid-19. La pandemia que nos ha confinado en casa, que ha dejado desiertas las calles de Madrid y de todas las ciudades. De España, de Italia, de Europa y antes de China, de Wuhan, donde comenzó el brote. Que como cualquier mercancía viajó rápidamente a todo el mundo. Nos gusta y a mí me asombraba lo pronto que llegaban las compras de China, cosas bonitas, pequeñas, muy baratas...y claro, nada ha impedido que llegue lo menos bueno, este virus desconocido, que nos va a hacer replantearnos nuestro estilo de vida del 2020. O volver a las meditaciones en un blog.
Retomar después de un año, a los felinos, que son menos, pero no menos importantes y a las hierbas, que tienen gran amplitud.

Guido llegó en Marzo de 2019. Bastante delgado y magullado. Ahora sé que era un gato joven, quizá 7 meses o así.