domingo, 29 de septiembre de 2013

Adaptarse es vivir

Me resisto a olvidar. Como Nera, que cada día la busca en los lugares en que solía esconderse y seguro que encuentra su olor, porque sólo ella estaba en esos sitios secretos. Pero el olor no es suficiente, le faltan sus besos, esos besitos que ella les daba y les hacía tan felices. A los dos. Y  a Henry, seguro que él también recuerda esos recaditos que ella le daba para que cuidase a los hijos. Era todo tan perfecto que en este mundo inestable, no podía durar.

Este año nos hemos quedado sin Bambi, sin Nini, sin Pochetina y hasta sin el mostrenco de Jhonny, que nunca se dejó acariciar, pero era un ejemplo de supervivencia. Ahora es un ejemplo de lo corta que puede ser la existencia. Y la reflexión es clara, Carpe Diem, porque no sabes cuanto te va a durar, así que aprovecha cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo. Que todos esos momentos sean felices, lo más felices posible. Este es uno de ellos: Nera está tumbada en mis rodillas, mientras, toco las teclas con suavidad para no alterar su pacífico sueño, adaptándose a su vida de huérfana, pero sintiendo el calor que nos trasmitimos mutuamente y aprovechando este placer sencillo. Otra enseñanza de mis felinos: Cuanto más te adaptas a tu situación, mejor vives.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Quién cuida al cuidador?

Ella los mimaba, los defendía con tanta intensidad que hacía olvidar su pequeño tamaño. Podía alejar al gato más grande o hacer que papá Henry, también de buen tamaño, los cuidase. Era lista y desconfiada, por eso no podemos entender qué le impulsó a cruzar la calle y porqué no pudo evitar el fatal accidente. Todos cuidábamos a los pequeños porque se les supone inconscientes e inexpertos, pero quién la cuidaba a ella?
Nuestra Bambi repitió la tragedia que vivió con su madre, hace poco más de un año. Ahora nos vuelve a encomendar a Nera y a Jass, que protegeremos todo lo que podamos, pero hubiésemos preferido que los siguiese educando ella. Nos queda el consuelo de que su corta vida fue libre y feliz.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Casas y espíritualidad

Es una bonita casa, bueno, preciosa, grande, con estilo de palacete. Y realmente no sé quien la habita...pero aparece asomado un joven gatito. No puedo resistir hacerle la foto. Luego veo la leyenda: CASA DE ESPIRITUALIDAD. Como Assimov, tampoco podría definir bien el sentido de la palabra, pero me parece satisfactoria, elevada, mística y por supuesto totalmente adecuada para gatos. Porque hay más...pasadas dos horas vuelvo por el mismo paseo y centro mi atención en la hermosa casa de espiritualidad y el gatito que hay ahora es de color naranja, más mayor, pero totalmente tranquilo. Como debe ser en un lugar así, supongo que de meditación y ya se sabe, meditar con gatos es de lo mejor.
Sirve para olvidar las despectivas palabras del periódico El País cuando habla del sitio en el que vives, como pueblo de chalés y casas a medio construir, de ideología facha, miedo a decir lo que se piensa y otros excesos.
La persona que ha escrito esto sólo demuestra su gran ignorancia sobre este bonito pueblo, de estupendas casas y a medias cuando te la estás haciendo y aún no la has acabado de construir, claro. De libertad, no hablamos, la de cada uno acaba donde empieza la de los demás. Y excesos...el mayor exceso de las fiestas es el encierro. Divertirse maltratando animales es lo peor de estas fiestas, como en tantos otros pueblos y por eso nadie se rasga las vestiduras...o a lo mejor es que eso no interesa a algunos periodistas.