Otra vez, No

 Hoy tendría que volver a hablar de la pandemia y del nuevo confinamiento en Madrid, en algunas zonas de Madrid, donde vivimos. Sin argumentos razonables: Si no puedo controlar a quién tendría que estar confinado, pues confino a todos. Eso me suena a aquello que se decía a los niños cuando hacían algo censurable: Si no lo dice inmediatamente el responsable, os castigo a todos. Pues eso, que nos han castigado a todos. Que no confían en el buen criterio de nadie. Que todos somos inmaduros. Y no, no es así. Es nuestra libertad y hay mejores maneras de hacer las cosas que volvernos a impedir salir de nuestras casas. No sigo, porque mi mente no merece enturbiarse por cuestiones que no puedo evitar, me remito a Epícteto y paso de malos rollos. 

 

Cumpleaños sublime

 Desde casa, recordando el cumple pasado. El despertar en Venecia, en aquel hotelito tan glamuroso la primera vez que estuvimos en él. Ahora casi vacío, la habitación quizá menos elegante y sin el dulce tiramisú de las mañanas, pero Venecia igual de espléndida y bella. La ciudad donde te pierdes siempre y apareces junto a un palacio de ventanas con hermosos arcos bizantinos, cada uno diferente a otro y a cual más bonito. 

Me sigue encantando Venecia... andar de la mañana a la noche, mirar las pinturas de Tintoretto, Tiépolo, Veronés, Canaletto y hasta  Tiziano, aunque de este ya tenemos mucho en Madrid. Mirar el mar, que te impide llegar a donde quieres ir, subir y bajar puentes...más de cuatro cientos. No puedo expresar la emoción que me produce este lugar, aunque ahora además de bella arquitectura, le pongo la música de Vivaldi que transporta suavemente al siglo XVII.