domingo, 21 de junio de 2015

Sigue la Espada de Damocles


Ayer he escuchado a tertulianos, presuntamente enterados de la situación griega, que además parece que tenían la solución. Ha sido decepcionante, tanto  los antecedentes, las conclusiones y aún más las recetas que a su juicio debe asumir Grecia. Formamos parte de una comunidad, donde cada uno de los Estados debiera aportar lo mejor para beneficio de todos y a su vez, gozar de la protección que emanaría de la unión que como dice el refrán español, hace la fuerza . Que la unión hace la fuerza lo aprendimos de los mismos griegos que hoy están en entredicho. En la Ilíada, contra Troya, en Maratón contra Darío, por citar los ejemplos más conocidos, sin embargo en el siglo XXI, las guerras son de otra manera y los mismos aliados que Grecia tiene hoy, como entonces, luchan por desbancarla.
Nunca mejor dicho, pues de dinero y Bancos se trata. No entiendo nada de economía, pero pensaba que las Matemáticas tenían algo que ver y el dinero desaparecía cuando se gastaba, pero según contaban esas personas tan enteradas, los capitales se fugan, la prima de riesgo sube o baja por una frase o cualquier otra ligereza  y mientras tanto quien impone su ley son los mercados. Ley que no ha sido consensuada, ni aprobada, ni nada de nada. Todo eso me  parece más una partida de Poker, con sus faroles y engaños, que una Comunidad Europea, creada por y para sus ciudadanos.

¿Qué pasaría si las historias que originan dinero resultaran estar basadas en nada menos que las desilusiones destructivas de la humanidad? ¿Qué ocurría si te dieras cuenta de que el concepto mismo de dinero, en vez de su objetivo inicial supuestamente funcional, condujera inevitablemente a que la Tierra y su biosfera se convirtieran en inhabitables para los humanos y muchas otras formas de vida?  Este párrafo pertenece al libro de Mark Boyle : Vivir sin dinero. Me gusta.

martes, 16 de junio de 2015

Valor y tenacidad


No sabemos en qué mes nació Leo. Lo que si sabemos es que pronto cumplirá 15 años. Se le nota, aunque poco. Ha perdido masa muscular y parece un poco más delgado. ¡Que suerte tienen los gatos, que no se arrugan con el paso de los años!
Llegó un 15 de Noviembre del año 2000, recogido por una amiga que oyó sus maullidos tristes y desolados. Había sido abandonado y separado de su madre. Quizá lo tiraron a un cubo de basura y él, valiente como es, salió, aunque con su patita lastimada y perdida para siempre. Un cúmulo de desgracias para un ser tan pequeño, pero su destino era mejor de lo que presagiaba ese desventurado principio. Comió sin hartura los primeros días y tomó la forma de una patata gorda. Le quedaba bien ese nombre, pero su resolución y valor para conseguir lo que quería eran más fuertes que su aspecto físico y le llamamos Leo, porque se lo ganó.
Y hoy, sigue creyendo, que aunque el sitio junto a mí, o encima de mí, esté ocupado, puede ponerse, alguien tendrá que irse, porque su constancia es tal, que va a insistir hasta conseguir enroscarse alrededor de mi cuello o donde haya unos pocos centímetros y quepan sus tres patitas.
Recuerdo que cuando era adolescente me costaba mucho insistir en las cosas y tenía esta frase escrita para recordar e intentar mejorar: La constancia lo puede todo. Hoy creo que lo he conseguido y soy muy perseverante en lo que intento, seguro que Leo ha sido uno de mis mejores maestros.
Los seres que tenemos cerca, cada día nos enseñan lecciones de vida, sólo tenemos que querer verlas.