domingo, 14 de enero de 2018

Lo mejor de Viena


Una vez repasadas las bellezas sobresalientes de Viena, quedan mis favoritas. Los dos momentos sublimes en los que conscientemente me dediqué a crear recuerdos para echar mano de ellos en el momento que lo necesite o que me plazca volver a sentir aquellas emociónes .
Escuchar un concierto en directo de música clásica, de los Strauss, Mozart, Verdi, etc. es algo que disfruté y guardé bien. Para siempre.
El otro recuerdo imborrable que intenté sentirlo y quedarme con esas sensaciones hermosas, fue, la visita a la Biblioteca Nacional. La misma de la que disfrutaba el emperador Francisco José y su esposa Sisí. Volúmenes recopilados cuando aún no existía la tecnología, en un recinto con una decoración barroca de belleza y colorido espectacular. Una sala que mirases donde mirases todo era hermoso, columnas, pintura, escultura, suelo, techo, paredes, escaleras, estantes y ...libros. Miles de libros.

Visita a Viena



Pasear por Viena en Navidad es un placer sensorial, frío y elegante. Placer por la emoción que trasmite la belleza arquitectónica de sus palacios. A derecha, a izquierda, de frente, al fondo. Mires donde mires, puedes ver un hermoso edificio de diferentes estilos, aunque la mayoría barrocos, que desde el siglo XIII al XX edificaron prestigiosos constructores. 
Vestigios del imperio occidental que con Felipe II, superó en extensión al Imperio romano. Fernando I de Austria, hijo de Juana  de Castilla y hermano de Carlos I de España, tuvo las coronas de San Wenceslao y San Esteban. Me gustó volver a oír la historia de Austria tan relacionada con España.
San Esteban es también esa hermosa catedral que se ve de cualquier sitio, porque las iglesias también provocan admiración. La Ópera, el Ayuntamiento, el Parlamento con Atenea.
Resumiendo la visita a Viena fue un festín para los sentidos : Mirar belleza.

Tan tarde



Los días se suceden uno tras otro, una actividad tras otra, la mayoría agradables. Acaba el 2017 y ni una felicitación navideña, ni una reflexión sobre ese año que termina, sobre los acontecimientos o los hechos relevantes para mí que marcaron este año que acaba en 17. Me encanta
Y como soy muy refranera: Más vale tarde que nunca:
¡Feliz Año Nuevo! a mitad de Enero.

Esto me ha pasado por hacer poco caso a Henry David Thoreau, cuando dice: Que tus asuntos sean tan pocos que puedas contarlos con los dedos de una mano. Pues no lo sé hacer, mis asuntos son siempre más. Claro que Henry no tenía hijos, ni hijas que a pesar de su mayoría de edad, necesitan hablar y que las escuchen a cualquier hora del día o de la noche. 
Henry tenía hermanas. Cuando su padre murió, como era costumbre en el siglo XIX, se ocupó de ellas a falta de marido que lo hiciese. Más tarde cuando pensó que podía morir,  preparó sus escritos para su publicación y así poder dejar alguna renta. Imposible adivinar los réditos que en el futuro darían sus reflexiones, escritas más bien para sí mismo.