domingo, 22 de abril de 2018

Gatos y libros en los canales venecianos

Entiendo a Donna Leon: También me gustaría quedarme a vivir en Venecia. Creo que he sido un poco injusta y no le he dedicado un ratito, mejor dicho, he dedicado muchos ratitos a sus novelas del Comisario Brunetti, que me ha compensado con creces por el disfrute que proporcionan. Por tanto, me replanteo
comentar algún pasaje de sus novelas que me haya parecido hermoso o interesante. Eso será en la próxima entrada.
Ahora el tema es Venecia.

La belleza que esta  ciudad mantiene
 desde hace más de 700 años te
transporta al barroco más artístico,
más exuberante y espléndido. 
La basílica de San Marcos 
a la arquitectura bizantina
más elegante y etérea.
El tiempo se ha detenido 
incapaz de atravesar tantas callecitas, 
tantos laberintos y tantos puentes. 
Puentes pequeños, medianos o grandes, 
creo que casi 500 y cada uno con su 
particular donaire y hermoso nombre:
De los suspiros, de la Academia, de Rialto,
de los descalzos...
El espíritu de Lord Byron planea 
sobre la ciudad más romántica del mundo. 


Los gatos adornan la librería Aqua Alta y se dejan tocar , exhibiendo una infinita paciencia con tantos turistas a quienes emociona acariciarlos. Este concretamente, miraba perdonándonos la vida. Había otro negro, que posaba cual deidad egipcia. Gatos y libros. Mi combinación favorita. Gatos, libros, agua. Es Venecia
*